Aprendí con adioses y dolor
que paz y tranquilidad
no pueden llamarse amor.
Amor es fuego en las venas,
es plenitud, desespero,
es excitación, pasión,
entrega incondicional,
eternidad y perdón.
Es revoltijo en el alma,
hacedor de mariposas,
es inquietud, llanto, risa,
son suspiros, sobresalto,
es insomnio y devoción.
Y aunque suene irracional
es certeza y desazón.
Me lo crean o no, señores;
¿No es locura?
¡No es amor!



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