Triste y fértil se acomoda
el vacío en mis entrañas
a la sombra me abandona
y otra vez en mí se ensaña.
Mustio y frágil ata en corto
aprieta y ahoga la esperanza
y por más mal que me porto
el miserable no me alcanza.
Con más ruido que razones
es mi mente la tormenta
o dejar en otros dones
la paz que nos sustenta.
Busco dioses, busco lápidas.
Sacudo y rezo desde el suelo
si el cielo me da la espalda
no hay hombros de consuelo
en el desdén de su palabra.
Te idolatro y te pervierto
me sumerjo en tus mareas
que poco tendrán de cierto
pero más desierto crean.
Hurgando y tocando dentro
me deshago entre mis ruinas
retrocedo y vuelvo al epicentro
en el ciclo existencial de la vida.
Muy bonito, enhorabuena
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Mil gracias, me alegra mucho que te guste. 🙂
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Dante, no tengo palabras de agradecimiento por tu comentario y la profundidad de tus palabras. Tal como lo sentía lo escribí, y es que a veces uno tiene que atravesar esos pensamientos para salir a la superficie. No son más que eso; pensamientos que, como tú dices, duelen. Lo bonito es cuando curan aún pareciendo terribles! Un fortísimo abrazo, de nuevo GRACIAS
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Originalmente publicado en Letras&Poesía
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Una forma muy inusual, de trasladarlo a poesía 😍 felicitaciones…
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