Para enseñarte a quererte
prepararé el café cada mañana,
no solo cuando me vaya,
también cuando venga a verte.
Y así aprender de tus mañas
y que con ellas aprendas nuevamente
la facilidad con la que posees el mundo
cuando mi mundo solo pide tenerte.
Para enseñarte a buscarte
cuando la vida te ha vuelto ausente,
volaré cada cometa
donde vuelan tus sueños inertes,
perdidos entre tantos pasos,
divagando entre tanta gente.
No volverás a mirar a otros
sin antes voltear a mirarte,
sin que tengas que reducirte,
sin que tengas que cuestionarte
la verdad de lo que eres
y que no has valorado antes.
Para enseñarte
que la vida
junto a ti
es arte,
voy a aprender a quererte,
voy a reír al pensarte.
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