Ardo y no de placer
si me lames las heridas
sabiendo cómo me llaman,
pero no cómo respondo.
Apartas la mirada de mis alas rotas
al chocarse con la mía.
Son bonitas,
están partidas.
Me consume pensar que escribo más fórmulas
que pétalos en verso,
que, aunque me desvíe
acabo hablando de hogares imposibles
y metas que nunca llegan a romperse.
Soy humo en un día de niebla,
gris sobre gris,
el que se pierde sin migajas de pan
en el bolsillo
porque así ni los pájaros podrán encontrarle.
Respiro cenizas,
mi pelo se tiñe carbón.
Me envuelven en un torbellino a más velocidad
de la que conozco.
Vuelo.
Preciosas tus alas rotas.
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Lucía, me encanta tu estilo. Te ofrezco para compensarte, algunos de mis textos en elreinodelapalabra.wordpress.com
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