La vi nada más salir del callejón,
allí estaba desfigurada,
nada que decir
teniendo muchos motivos,
nada que hacer
habiendo hecho demasiado.
Perdió la cándida ilusión
cuando era la reina del escondite:
nada en la nevera,
nada en la chistera,
nada en el armario,
nada en la oficina…
Nada es para tanto
siendo tanto lo vivido.
Sin nada que comer,
atrapada en la duda existencial
“no eres nada”.
No fue nada fácil el abrazo,
nada es imposible
y en nada volvió a llorar.
Nada ganas en la quietud,
¡nada a contracorriente!,
avanza un pasito de nada
para escapar de la nada.
El tiempo pasó como si nada,
parecía no cambiar en nada
pero mudo el vestido por nada.
Nada aceptó ser nada,
sin nada que perder
abraza las causas perdidas.
Sin nada más que las ganas,
nada contra las olas trajeadas.
Que fuerte ! Eres muy bueno Amigo mío….
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Gracias
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