Tuvimos tanto
tacto con nuestras manos
que nos rompimos.
Tuvimos tanto
impacto con abrazos
que nos caímos.
Tuvimos tanto
contacto en nuestras pieles
que no nos vimos.
Tuvimos tanto
trato entre las mentes
que no entendimos.
Tuvimos tanto,
barato, caro y absurdo,
que lo sufrimos.
Tuvimos tanto
trazo de claroscuro
que nos diluimos.
Tuvimos tanto
rastro por explorar
que nos perdimos.
Tuvimos tanto,
asemejado e igual,
que nunca fuimos.
Tuvimos tanto,
anclado a nuestro lecho,
que no vivimos.
Tuvimos tanto,
algo que no tendremos,
no tan bonito.
Poema extraído de mi primer libro Lunas de rojo neón (ed. Tres Columnas, 2019).
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