Hijo:
Te debo tanto.
Tengo una lista interminable de sentimientos guardados y de adjetivos para expresarlos, que sólo con besos podría explicarlos.
No me alcanzan las poesías para igualar tus dibujos, tus canciones y flores llenas de amor.
Tú eres mi obra de arte y contemplarte es un honor.
Regálame un millón de “te amos” con tu voz perfecta, dame esos abrazos que curan las penas.
Sigamos soñando con los hermanos que no llegarán y llenemos las paredes de mapas de sueños que se cumplirán.
Quiero hacer eterno este momento de amor, con letras que vencen al olvido y que seguro te agradarán:
Tú, una promesa que se cumplió sin juramento
Tú, inoportuno y bienvenido
Tú, mi sudor y mis lágrimas
Vales toda la sal, vales todo el sol
Tú, una casualidad buscada
Tú, una sorpresa planeada
Tú, desafiante e imponente
No hay nada mejor que tenerte
Tú, aceleras mis latidos
Tú, inigualable adoración
¿Dónde estabas cuando no estabas?
Menos mal llegaste a alegrarme el corazón
Tú y yo de la mano
Cuando te sujeto me siento protegida
Tú, hijo amado
Viniste a darme la vida



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