Carta a José

Hijo:

Te debo tanto.

Tengo una lista interminable de sentimientos guardados y de adjetivos para expresarlos, que sólo con besos podría explicarlos.

No me alcanzan las poesías para igualar tus dibujos, tus canciones y flores llenas de amor.

Tú eres mi obra de arte y contemplarte es un honor.

Regálame un millón de “te amos” con tu voz perfecta, dame esos abrazos que curan las penas.

Sigamos soñando con los hermanos que no llegarán y llenemos las paredes de mapas de sueños que se cumplirán.

Quiero hacer eterno este momento de amor, con letras que vencen al olvido y que seguro te agradarán:

Tú, una promesa que se cumplió sin juramento

Tú, inoportuno y bienvenido

Tú, mi sudor y mis lágrimas

Vales toda la sal, vales todo el sol

Tú, una casualidad buscada

Tú, una sorpresa planeada

Tú, desafiante e imponente

No hay nada mejor que tenerte

Tú, aceleras mis latidos

Tú, inigualable adoración

¿Dónde estabas cuando no estabas?

Menos mal llegaste a alegrarme el corazón

Tú y yo de la mano

Cuando te sujeto me siento protegida

Tú, hijo amado

Viniste a darme la vida

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