A veces parece
que la vida se detuvo
y ya nada avanza.
Las horas se espesan
mi sangre es amarga.
Muerdo mi boca
silencio mi alma.
No busco perdón,
no lo hallaré
no lo merezco
no me lo des.
Aniquilando esperanzas
la mano no me
tiembla,
ya soy una maestra
en parecer y no ser
buena.
Poneos la máscara;
danzad,
la vida aguarda ahí
fuera.
Elige bien con quién
bailar,
tus pasos te llevarán
lejos
o te harán caer al
tropezar.
La moneda lanzada
al aire
aún no ha caído
pero lo hará.
Suerte.



Deja un comentario