Confesiones

Les confieso que por cada puñado de verdades, una siempre no lo es.

Confieso también, que ustedes me promulgan las tragedias más absurdas.
La verdad, por estatuto, es siempre mucho más simple.
Rescindir mi contrato con la primavera fue el menor de mis problemas y la desdicha más breve.
Lágrimas de trámite para una estación que no entiende la más básica de las cláusulas:
“El amor más caro no es para las intenciones más baratas”.

Colecciono flores por afición.
Seducir pétalos con las mejores intenciones no es un juego sencillo y a mí se me da innato.
A veces válvulas de escape y a veces capullos inocentes, uno por cada vez que la vida no fue suficiente. 
Les escondo poemas en macetas, letras líquidas que nutren lo que está destinado a fenecer.
De cualquier modo, ya todos estamos marchitos.

Siempre resguardo oculta, una violeta bajo la manga izquierda y se me enredó una vez un tulipán en la garganta.
Pero no son estos los apetitos que me desviaron el juicio, ni los que vengo a denunciar.

Me vendí desde hace diez vidas al mejor postor.
El precio fue la sentencia de mi muerte y un ramo de peonías.
Le aposté mi último boleto sin regreso, un mapa de mi alma y todas mis mentiras.
Una pérdida segura y la tragedia perfecta porque no se va a quedar.

La boca del lobo se volvió el peor de mis caprichos. 
El tiempo me robó hasta lo que no debía olvidar y me curó todo, menos la ambición.
Le cobro un girasol por cada vez que anhela que sea yo;
y pago una amapola por cada vez que ustedes codician su carne.
Pactamos con sangre la verdad que ignoran y jamás van a entender.
Mientras ustedes le mendigan coincidencias, a mí me regala su destino a placer.

Confieso que por cada vez que me inventaron un amante, yo gané dos veces.
Me deleita saber que mi perfume les salpica cuando les toca ser discordia.
Se ha derramado más de una vez el vino en mi nombre.
He perdido más tiempo del que debería cortando narcisos.
Cuando se me acaban las respuestas, hago tratos con el Diablo.
Hay cosas que sólo Dios las puede perdonar.
Y mi único pecado es ser demasiado buena.

2 respuestas a “Confesiones”

  1. Ummm, un poema intrigante, para reflexionar mucho, para analizar, coleccionar las claves y alcanzar la solución del enigma. Me ha gustado mucho. Mil gracias.

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    1. Muchas gracias por leerme. Es increíble que hayas encontrado el juego en el poema. Me parece maravilloso. Saludos desde México. 🙂

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