Este poema,
no es el poema más hermoso del mundo,
ni ansía serlo,
sólo son palabras a un papel encadenadas,
que brotan de un manantial
de recuerdos y olvidos,
que matan el silencio,
que sueñan tus sonidos,
que quiebran el muro,
que destrozan los dolorosos aullidos.
Este poema,
no es el poema más hermoso del mundo,
ni quiere serlo,
sólo pretende que regresen tus latidos,
que retrocedan hasta aquella noche y aquel beso,
que conozcan la emboscada que tramó la Luna,
que sientan el abrigo del mar preso,
la armonía de la previsora brisa,
las heridas de un corazón ileso.
Este poema,
no es el poema más hermoso del mundo,
ni desea serlo,
sólo está confeccionado con versos inconexos,
que construyen estrofas que sin ti
ya habrían muerto,
que intentan rimar con la comisura de tus labios,
con aquellos tristes días inciertos,
con las caricias de tus manos,
con las cicatrices que limitan mi desierto.
Este poema,
no es el poema más hermoso del mundo,
ni espera jamás serlo,
porque la poesía no busca premios,
sólo manifestar con belleza sentimientos,
ahondar en frágiles memorias borradas,
acompañar a los alisios y sus lamentos,
suplicar que vuelvas cada mañana,
amar cada uno de tus fragmentos.
Lo hacen bonito los tímidos y profundos sentimientos que se esconden entre líneas, me encantó!! 🙂
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Muchas gracias, un placer leer tu comentario. Un abrazo.
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Tiene un ritmo muy bueno. Invita a seguir leyendo 🙂
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El ritmo que muchas veces no encuentro apareció es estos versos de forma accidental. Muchas gracias Rubal. Un abrazo.
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Hermoso, muy hermoso.
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Muchas gracias Carlos. Saludos.
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Sencillamente precioso
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