El acierto o el error, todo lo que hice por amor.
La rabia y el enfado, nada justifica todo lo que me has robado.
Las noches y el café, ninguno me dijo que serías infiel.
La mano que acompaña o rechaza, borra hasta el último rayo de esperanza.
La lluvia y el rayo, explícales cómo el sentimiento me callo.
El timbre y su puerta, la que te dije que por ti estaría siempre abierta.
Dicotomías del querer, del odiar, que en un paso invierten sus papeles.
Y pasan a convertirse en
lo que fui y lo que seré: explicación de lo que solo hoy sé.



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