Inquieta mariposa que revolotea, se desespera y grita;
no ve su camino, no encuentra salida.
Qué inquietante.
Solo sabe recatar su pobreza y acallar el llanto;
el aire la mata, la libertad la asfixia.
Qué curioso.
Se aleja de lo que se supone que debe hacer una mariposa
por las ínfulas de quien solo aprecia las plumas brillantes.
Qué sorpresa.
Vive imitando sin darse cuenta…
que ella también puede volar.
Qué mortal.



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