Oh, tierra de vida, tan llena de gracia,
con aguas benditas de peces brillantes,
con tanta criatura de gran acrobacia
huyendo del vil cazador acechante.
Tus aves magníficas traen la aurora,
tus seres salvajes anuncian la tarde.
Excelsas memorias de prados de otrora,
un credo ambiental que a todos nos arde.
Te damos las gracias por darnos cobijo,
con nuestras palabras así lo expresamos.
Divino tesoro, sagrado escondrijo
de grandes anhelos que tanto abrigamos.
El 7 de diciembre tuvimos nuestro primer recital sudamericano en Belén de Escobar. Cerca de esta ciudad se encuentra el parque Temaikèn (nombre que proviene de la lengua tehuelche: tem, «tierra» y aikèn, «vida»). Con este poema le agradecimos su presencia al público y la cortesía a la Sociedad Argentina de Escritores – Escobar por integrarnos a su evento.