Soneto Enriqueño o Francés
Se fue el sol y la noche vino apenada,
Viuda dama en su luto lento y callado.
Pese a su juventud, su frescor de agrado,
Nada reconforta esta negra velada.
Hoy más que nunca el mañana está amañado,
Porque nunca acaba esta noche cerrada
Que no deja entrar la mañana rosada,
Quietud infinita que aquí se ha instalado.
Yo me baño en su mar sin fondo ni orilla,
Pero ya me pierdo a lo lejos y me hundo
Entre perlas astrales cuya piel brilla.
No se levantará su cuerpo profundo.
Qué triste accidente mas ¡qué maravilla:
La noche se ha estrellado sobre este mundo!
Poema publicado en Seis vértebras: Antología para una Generación Nova,
obra coordinada por H.B.M. y publicada por Ediciones en Huida (2019).
Excelente Henri, como acostumbras.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Muchas gracias, Elfo. ¡Te veo en tu próxima publicación!
Me gustaLe gusta a 1 persona