Tocaste a la puerta del infierno,
Aquella noche del jueves
Sumido en tus recuerdos,
Te sumergiste en la tormenta,
Jugaste con fuego,
Te quemaste la piel.
Quisiste habitar lo inhabitable,
Tocar lo ajeno,
Tener lo imposible,
Y sumergirte en lo profundo
De este inframundo
Pero desataste la peste,
Liberaste el miedo,
Lo convertiste en deseo
Tú,
El alfarero piel canela
De alma negra.
Moldeaste con tus manos,
Este cuerpo,
Te sometiste y quisiste
Lo que no debías,
Y te nombraste el diablo
Por el tiempo que podías.
Y te arrodillaste,
Tocaste el cielo,
Bajando al infierno
Y navegaste,
En el mar mojado
Para encallar en los orgasmos.
Y te disfrazaste,
De cicatrices abiertas,
De amor a medias,
De caricias externas
Y de besos robados.
Y te convertiste
En el amante pasajero,
En el cuerpo no olvidado
En el tiempo compartido,
En la trampa del destino.
Cuando tenía 14 años mi sueño más grande era estudiar Letras Inglesas y Música con la idea de ser una versión mexicana de Thom Yorke, pero a los 22 años me gradué de ingeniería mecánica y a los 23 de diseño de modas. Escribo desde los 12 y leo desde que tengo memoria (o desde que aprendí a leer, que es básicamente lo mismo). Soy una melómana empedernida que de vez en cuando juega a tocar el piano o la guitarra. Viajo todo el tiempo porque dicen que ayuda a escribir mejor. Me gusta la ciencia tanto como las artes y el vino tanto como el café.
Ahora mi sueño más grande es vivir mi vida al máximo, esperando que algún día alguien de 14 años sueñe con ser como "Diana García" y termine encontrándose a sí mismo.
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Lo más importante es saber atravesar el fuego…
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