te escribo a años de distancia,
soy de procesos lentos,
la mueca de tu cara se borró
y sin embargo yo escucho tu risa todavía,
en mi pupila permanece fija
tu mirada tiesa y filosa
capaz de derrumbarme mil castillos
de un sarpazo,
siempre me pregunté
qué ausencias te visitaron ese día,
tu cabeza tan llena de jaulas
y sin cerrojos por donde escapar,
vos tan pájaro
pero el tiempo no construye cielos
sobre el silencio,
las palabras esta vez no llegaron
a salvarte,
el monstruo no perdona,
me tranquiliza creer
que tus pies de oruga
ahora son de mariposa
y ninguna jaula podrá detenerte,
te escribo a años de distancia,
como una carta que llega tarde
a una casa vacía de ventanas clausuradas,
pero este adiós es también
tu bienvenida
Deja un comentario