Se escarchó
la última violeta.
Otra vez, el amor
se confesó índigo.
Me escondió
en el bolsillo de su saco,
en la cuesta del latido,
donde refugia
al último picaflor de papel.
La tierra siempre es tibia
y se acaban
las migajas de luz
en mis ojos.
Improvisé para el invierno
un cuento de origami.
No imaginé
que a todos nos agotó la primavera.
Finalmente, renació
de ceniza la amapola.
Estoy lista
para cargar el mundo con mis manos,
para irme
y para irme lejos.
👏🏻👏🏻👏🏻👌🏼
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