Ahora que vuelvo a pintar
dibujo las puertas de todas las casas que habité.
Dejo que el agua del mar entre,
la madera podrida es todo cuanto queda de ellas.
Ahora que tengo los pies llenos de arena
y la ropa mojada,
guardo los recuerdos entre las conchas
con la esperanza
de que se los lleve la marea.



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