911

─ 911 ¿Cuál es su emergencia?

─ ¿Hola?

─ ¡Hola! (Suspiro) ¿Quién habla?

─ Felnando…

─ ¿Fernando?

─ Sí. ¿Cómo te llamas tú?

─ Yo soy Gloria. ¿Qué edad tienes?

─ Cato.

─ ¿Cuatro? ¿Puedes pasarme a tu madre? (Me gustaría regañarla)

─ Está dolmida…

─ ¿Está dormida? ¿Puedes despertarla?

─ Eh… (Mami, mami) Eh… No.

─ ¿Dónde está tu mami?

─ En el salón… junto a las escalelas.

─ ¿Las escaleras?

─ Sí.

─ Vale. Gracias. ¿Estás solo?

─ Estoy yo, mi mamá y mi helmanito.

─ ¿Dónde está tu hermanito?

─ En la baliguita de mamá.

─ ¿En la barriguita de tu mamá? ¿Está embarazada?

─ Sí.

─ ¡Oh! ¡Dios mío! …  ¿Me llamas desde tu casa?

─ Sí.

─ ¿Llamas de un celular?

─ Sí.

─ Voy a mandar a alguien a tu casa. ¿Vale?

─ Sí.

─ Solo quédate conmigo. No cuelgues la llamada hasta que lleguen por ustedes, ¿vale?

─ Sí.

─ ¿De qué color es el frente de la casa?

─ Eh… no sé… voy a vel…

─ ¡No, no, no! ¡Quédate en el teléfono!

El teléfono cae.

─ ¡Aló! ¡Fernando! ¡Fernando! ¿Me escuchas? ¿Estás ahí? Dime ¿Cómo está tu mamá? ¡Dios mío! ¡Fernando! ¡Por favor, responde! ¡Fernando! Dime ¿Cómo está tu mamá? ¡Aló! ¡Fernando!

─ Hola.

─ ¡Fernando! ¡Gracias a Dios!

─ Velde.

─ ¿Cómo?

─ La tasa. Es velde.

─ ¡Gracias! ¡Eres muy buen niño! ¡Eres muy valiente!

─ Mami.

─ ¿Tu mami despertó? Dile que ya vamos en camino.

─ Ya va, mami.

─ Todo va a estar bien, Fernando, solo quédate conmigo.

─ Mi mamá se fue a dolmil ota es.