Como una nube viajera…
Así discurren los senderos de la vida.
Se disuelven, se separan.
Y como empiezan, se acaban.
Unas veces el viaje es tranquilo,
como un cálido paseo en tren.
Otras es más como naufragio
y te ahogas entre olas que no se ven.
La seguridad que le falta al joven
se cambia por la vitalidad después.
Aunque el cuerpo se marchite,
tendrás más claridad que ayer.
Así es la vida, perfecta.
Aunque no lo podamos ver.
Como cuando eras un niño y tus padres te decían
que no debías correr.
Puedes pasar el viaje persiguiendo sombras
o buscar lo tuyo y dejarlo ser.
Agradece a Dios por la semilla,
y hazla florecer.
Bella prosa! Has sabido definir el continuo de la vida; hasta su final regalándonos la reflexión de ser. Un cálido saludo.
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Gracias! Un saludo para ti también
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