Tengo sed de mar,
de enredarme en las olas
y que la arena mojada
acaricie mis pies.
Quiero despertar
al tiempo que la aurora
en una playa lejana
comience a hacerse ver.
Sed de inmensidad.
Y tras sentirme pequeña y rota,
ser reconstruida, abrazada
por esa grandeza, después.
Saber cuándo soltar
aquello que no se controla,
ver cómo la corriente arrastra
lo que me impide crecer.
Tengo sed de mar
y solo se sacia de una forma:
con el agua salada
besándome la piel.
El agua salada lo cura todo! Dicen.
Me gustó mucho.
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Sí, o al menos ayuda. ¡Me alegro mucho de que te haya gustado!
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Otra vez (y lejos de ser la primera), te felicito. Una gran maestría en tejer las rimas no dentro de cada estrofa sino entre cada una de ellas…
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¡Muchas gracias, Henri! Un abrazo.
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Bellos versos, Diana.
Saludos.
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¡Gracias! Un saludo.
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Hermosa prosa! Tienes talento del bueno! Un cálido saludo.
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¡Muchas gracias! Me alegra que hayas disfrutado leyéndome. Un saludo.
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Bellísimo…Siempre me dejas impresionado con la pureza de tu pensamiento poético. Te aprecio y admiro siempre Sofía, en mis historias destacadas de IG siempre ocupas un lugar importante. Abrazo enorme.
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¡Gracias!
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