Haz sonar tu lento llanto,
Oh sombra arropada por la pena,
Haz sonar tu triste canto
Para aquello que de ti se aleja.
La portuguesa de Coímbra languidece
Entre los dedos del estudiante
Que, como un apasionado amante,
Toca sus cuerdas mientras la mece.
Con tu capa que tan solo borda
Los desgarrones de tu corazón,
La guitarra de donde desborda
Una lágrima con el dolorido son,
Haz sonar tu negro hado,
Luz de deslumbrante oscuridad,
Venga la noche, llegue la saudad’
Y haz sonar tu triste Fado.
Poema publicado en Seis vértebras: Antología para una Generación Nova,
obra coordinada por H.B.M. y publicada por Ediciones en Huida (2019).
Imagen: sesión de Fado ao Centro en Coímbra
Excelsa prosa! Siempre una despedida o alguien perdido, produce dolor que no se transfiere. Es la música, la que brinda lagrimas por dicha ausencia. Un cordial saludo.
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Sí, efectivamente. ¡Gracias por comentar!
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¡Cuánta belleza!
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¡Gracias!
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