Oh tú, mi amada, ¿te acuerdas
De aquel sueño, noche eterna?
Aquellas largas veladas
Contándonos nuestros sueños
Para así dormir despiertos
Tumbados sobre la cama,
Hablándonos del futuro
Cual si nunca mañana hubo.
Tu ombligo era el agujero
Negro que me aspiró el cuerpo.
De mí todo te contaba
Y contaba los lunares
En tu vientre, y sus señales,
Haciéndome tu astronauta;
¡Y explorando conquistar
Tu boca, estrella fugaz!
Oh tú, mi amada, ¿te acuerdas
De aquel sueño, noche eterna?
Cuando, si en tus dulces labios
Saboreaba inquietudes,
Mis sábanas eran nubes
Entre las que acurrucarnos,
Con dos lunas en tus pechos,
Mil estrellas en mi techo.
Los que velaban quisieron
Alumbrar nuestro secreto:
Las luces de la ciudad
Amarillas incendiaban
La estelar tela velada
Del vacío celestial;
¡Mas no!, nosotros del mundo
Seguiríamos ocultos…
Oh tú, mi amada, ¿te acuerdas
De aquel sueño, noche eterna?
«Ven, gocemos, corre, ¡brilla!,
Tu pie descalzo en la hierba
Ven, escapémonos mientras
No vigila la vigilia.
Si la vida son dos días,
Quiero a tu vera dormirla;
Jugar en la noche eterna
Persiguiendo unas Quimeras,
¡De la realidad huir!»
Prometíamos por siempre,
Acariciando el presente,
Persiguiendo un devenir:
Mi deseo de futuro
Era unir mi sueño al tuyo.
Oh tú, mi amada, ¿te acuerdas
De aquel sueño, noche eterna?
Soñé con sueño tener,
Conciliar el dulce sueño
Con los nuestros tan risueños,
Mi sueño cumplido ver.
Quise trascender la noche,
Apagar todos los soles.
Pero aun así vino el día
Con su despierta pesadilla;
Asustado por su luz,
En mi cama ya no duermo
Desde que he perdido el sueño,
Y es que mi sueño eras tú.
Oh tú, mi amada, ¿te acuerdas
De aquel sueño, noche eterna?
Poema publicado en Seis vértebras: Antología para una Generación Nova (2019, Ediciones en Huida)
Henri Berger Martín
Blog de Henri
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Y el problema radica en que ella ya no sé acuerda, solo yo recuerdo….
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