Las hormigas, el polvo, un brote;
el fuego que se durmió y se volvió nada.
¡Tantas cosas acuñan la tierra, la grava, el légamo!
Si fueses un pedazo de tierra,
¿Cuánta lluvia aguantarías, antes de buscarme?
Cuando es de noche, lo negro azulado del cielo
intenta absurdamente devorar el suelo,
devorar de un bocado todo lo que sos y quiero.
Una tierra y otra tierra se abrazan hasta los huesos,
sepultando los amantes, que pudimos ser.