Un soplo de vida corre
por debajo del concreto inocuo,
se cuela por las grietas
asomándose rebelde.
Ocupa en las ciudades
los espacios vacíos,
aislados latidos
sonando entre escombros.
Pálpitos salvajes,
reos de la mancha urbana,
son retazos tus llanuras
de paisajes olvidados.
La maleza entretejida
abraza fuerte la fauna,
resguardándole sus dones
a una tierra encarcelada.
Hojas abiertas
déjenme chocar sus palmas,
manos extendidas
a través de la reja.
Sáltense las bardas,
crezcan con la lluvia,
el viento peina el pasto
con sus aires libertarios.
Nuestros lotes de sueños
vendidos al progreso,
dejaron sin naturaleza
a este presente baldío.
Amanecer reverdecido
devuelves la esperanza,
puesta en ti mi vista
es más alegre y despejada.
Francisco R. Garcisán
@frgarcisan
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