Soñé un sueño con textura de memoria
vi un futuro que extravié, vieja esperanza
remembranza de conducta oscilatoria
entre anhelo y realidad se mueve y danza.
Soñé un fósil, mineral o fantasía,
tan tangible en un instante, y sin tardanza
se disuelve con tocar la luz del día.

El recuerdo es un susurro y un estruendo
un lamento que murmura, un llanto amable,
grita y clama y yo no sé qué estoy perdiendo
¿Lo he vivido o lo soñé? Qué insoportable
es tener que despertar sin anestesia
a un dolor dulce al que ruego que no hable
silenciado entre las fauces de la amnesia.

Entre más quiero nombrarlo, más se escapa
al tratarlo de narrar, es espejismo
es su luz la que me tiene, la que atrapa
es su canto el que hipnotiza, y me ensimismo
en el sueño de memoria malherida.
¿Qué será lo que se aferra ante el abismo
donde cae cada recuerdo que se olvida?

Es mi brújula que no conduce al norte
es la tinta que no escribe sino mancha
es un filo que acaricio sin que corte
es querer mirar de frente a la avalancha
es la vida que transcurre en un momento
son las ganas de perder en la revancha
son las ganas de morir en el intento.

Es la grieta que quebró la primavera
es la flor que sobrevive al ramillete
son las cosas que sentí por vez primera
es la fe sobre una voz cuando promete
son cenizas que conservo, que no esparzo
es la brisa sin cadena ni grillete
es el aire del otoño, pero en marzo.

Es amor que me apropié de contrabando
es amor que a su pesar se desvanece
¿En qué pliegue de los días me está aguardando?
Permanece como un eco permanece:
perceptible pero apenas, pues se esfuma
el recuerdo que se va cuando amanece
impalpable entre mis dedos y en mi pluma.

(Es amor que está curándose, y escuece).

Emma Calderón
@emmaland_m
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