Veo el instante escurrirse entre los resquicios de las paredes,
se viste de sombra,
se encamina hacia el absurdo,
y de repente lo sé: he vuelto al vacío.
Miro mis manos entumecidas,
el absurdo silencio,
el barro en el que se han convertido mis huesos,
el lugar que ocupo en esta existencia
sin espacio ni tiempo.
Me consume, me derrite,
exhuma las inquietudes,
las suspende a la nada.
Si pudiera pender de algún lugar sin caer,
sería de mis cuerdas vocales,
de un grito profundo de sangre,
del crujido de mis dedos agrietados
de una gota de luz en la distancia.
Va siendo hora de perderse,
de suspenderse a un sueño mejor,
de creer que todo es bueno aun cuando está podrido
que de cualquier grieta puede surgir una flor,
que incluso muerta puedo tener un corazón.
Carolina Palacio Ramírez
@carolinapalacioramirez
Leer sus escritos

Lourdes Muñoz
lulinaescribe
Leer sus escritos
Reblogueó esto en Lulina.escribe.
Me gustaMe gusta