En el apuro matutino
cargo mi mochila con los retazos arrugados
de lo que queda desde que te fuiste.
Me han crecido yuyos entre las piernas
y alacranes me recorren las costillas
y por debajo de mis escombros.
Se me han acopiado los ojos de grillos
que gimen empachados de tu ausencia.
No tengo mucho por llevar,
mi equipaje es ligero
pero lo único que pesa es la pena
en esta casa que ya no es casa
y se ha vuelto tapera mi corazón vacío.
Pero ahí estoy de vuelta,
por favor no te duermas.
Quiero que me esperes
un poquito más que ya estaba llegando,
pero mi tren se ha dormido
y yo he caído por correr sobre las vías.

Andrés Torres Acuña
@andy.acunha
Leer sus escritos
Bellísimo poema.
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