1 minuto

Noche conyugal entre arbustos pasajeros

La vacilación sin retención;
sus pestañas son la maldición
del hombre.

En la radio, solo hay trapos sucios.
En este mundo, no hay partidas ni mareas.
Tráfico nulo, y las palomas se arrodillan.
Tengo dos vidas: gato muerto y perro austero.

Y esta niña no puede bailar,
esa tal canción sin comulgar
de noche.

Una amalgama, de pecados y recados.
Mozas rodillas, aún recuerdan esa cuesta.
Un viaje absurdo, y los fantasmas siguen muertos.
Caen los dados, y nunca gano una apuesta.

Primavera atroz, sin ambición;
Vieja pubertad, dice adiós
con broche.

Y en la TV, solo hay ruido blanco.
Las medias rotas, evidencia sin dialecto.
Escote abierto, nos guardamos los relatos.
Viaje absurdo, entre besos indiscretos.

El amor llegó, sin ser quien soy.
Tacto singular, sin redención
en tu nombre.

Y entre ruinas, te desnudas en tu baile.
Verdes serpientes, no se alteran por manzanas.
Tengo el poder, de amarte o dejarte.
Bella lujuria, y la luna duerme afana.

David V. Morales
@davidvmorales
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