Sádico, impío, miserable,
enfermo, asqueroso, cobarde,
baja del caballo, tira el estoque,
encara tu víctima, veamos tu aguante.
No te hagas llamar artista
si a tientas tambaleas entre
la inmoralidad y la patología,
la enfermedad del que no siente.
Frente al animal te haces maestro
y no enseñas sino a hacer sufrir,
eres tú el único ser racional, aquel
que sabe y sabe bien cómo matar.
La más burda y fetichista carnicería,
tiñe con alevosía de sangre mi ciudad,
el amparo institucional colma de agasajos
el más aciago siniestro con espinas sin pétalos.
Porque no existe un monstruo más aterrador
que el en parte vampiro y en parte zombie
muerto viviente con morbosa sed de sangre
del que aún lamentamos su más justa muerte.
Cornada en el pecho,
embestido en el tercio,
elevado hasta el cielo,
pisoteado en el suelo,
caído en el duelo,
exhaló su último aliento,
vomitó sanguinolento,
muerto el perro,
muerta la rabia,
muerto el toro,
muerto el torero,
pero aún no la tauromaquia.

Poeta de luna
@poeta.de.luna
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