Ella no supo bailar sin miedo,
y te apagó la música para huir sin pisarte los pies.
Y aquí estoy yo, torpe como ninguna
y con música hasta en la piel,
dispuesta a bailar en tu espalda
el tiempo que tú me dejes.
Y si te piso,
pues reinventamos coreografías.
Y nos reímos después.

Irene Chiquero
@nenescritos
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