En mi balcón no se guindan banderas,
Chauvin se bebe a los rocas
la nostalgia bonapartista
y todos los bustos
sirven de ceniceros.
Mis símbolos patrios
son cicatrices amorosas
izadas a media asta.
Mi misión nacional
es ahogar el pánico
en camas voladoras
donde se liberan territorios
y se consolidan verdaderas repúblicas.

Adal Hernández
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