Un archipiélago textil,
un camino de telas que se extiende
por el antártico suelo frío
de esta habitación hueca y vacía.

Persiste tu olor,
marea de seda que envuelve
las huellas que dejaste.

Hilos que se pierden
se enredan en otros cuerpos
que nunca tendrán el sabor del tuyo.

¿Ahora dónde escondo todos los barcos
encallados a un costado de la almohada?
¿Cómo cubro la fosa con la forma de tu cuerpo
que ha dejado tu ausencia?

La última vez que te vi
me entregaste tu inútil advertencia
y ahora yazgo aquí
con el presente deshilachado por tanta pena.

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