1 minuto

Terpsícore

Ojalá que la tierra no te bese los pasos.
-Silvio Rodríguez

Veo que ya no me acompañas
ni en la sombra te desvistes,
y en mis mustias cicatrices,
brota savia de esperanza.

Cuán sereno canta ahora
el hocico de la pluma;
tan taimado en su tortura
que, del sentir, nada le abruma.

Pero aún podrías, con tu baile,
entregarme un balanceo,
o en la afasia de la noche
la amargura de un deseo.

Fábulo
alexandreperez.es
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