Entre ambos
desmenuzados y absortos
en los relieves y calados de las carnes
propias y ajenas
e inclusive compartidas
no cabe una palabra
ni espesa ni simple
ni alta ni terrenal.
No hieras este momento,
no lo estoques con una fina palabra
así sea como aguja de oro.
La muerte adornada sigue siendo muerte
y el silencio vivo y corpóreo
nos es suficiente.
De colágeno a colágeno
de pellejo terso a piel curtida y salada
salta el lenguaje que requiere esta hora.
Giselle LF
@glf.writes
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