Cuando hablan del otoño,
no pienso en la muerte.
Si las hojas se derraman
como las lágrimas marchitas de unos árboles
cansados de ser guía,
nosotros jugamos a ser valle.
Si la lluvia salpica
nuestros rostros tibios,
deteniendo nuestros pasos a mitad del camino,
nosotros jugamos a ser agua.
Si la noche devora
las horas rápidas de luz,
empujándonos a mirar dentro,
nosotros jugamos a ser día.
Pues cuando hablan del otoño,
yo solo pienso en la vida.

Laura Carrillo Palacios
@laia_bonheur
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