3 minutos

27 años

Es una cosa seria
tener veintisiete años
en realidad es una
de las cosas más serias
en derredor se mueren los amigos
de la infancia ahogada
y empieza a dudar uno
de su inmortalidad.
Roque Dalton¹

Hace ya mucho tiempo que no siento alegría por la humanidad. Hace ya demasiados meses y demasiados días que no leo un poema o escucho una canción que sea, como dice Vallejo, incendio. Y recuerdo con mucha nostalgia las muchas ocasiones en que escuché una canción que me incendiara o leí un poema fulminante. Pero ahora todo me parece indiferente.

Me doy cuenta de lo humano de las cosas y me hago consciente de que los incendios los provocan las nociones falsas de divinidad. Porque releí el poema de los veintisiete años de Roque Dalton, ese poema que tanto me hacía sufrir y que ahora me confunde con su sintaxis movediza. En lugar de darme un puñetazo, me confunde. Un puñetazo libre que se siente del corazón hacia afuera.

Cuando me toma tiempo comprender algo que debería sentir de buenas a primeras, las palabras pierden su significado. En lugar de compartir esa angustia con el poeta y de concientizar esa mortalidad que se despide de sus palabras me quedo esperando algo. ¡No fui yo quien leyó ese poema aquella vez! ¡Fue otra persona, otro estado de conciencia!

Sin embargo hay poemas que nunca pierden su calor y canciones que toma su tiempo reaprehender.

Yo que tengo veintitrés años y que no estoy en ninguna revolución. A mí que en derredor no se mueren los amigos. Yo que en lugar de tomar conciencia de la mortalidad me deleito de tenerla.

Mi vida no ha sido ni tan dura ni tan política como la del poeta. Jamás he escrito algo que me haya merecido un premio. Jamás me he unido a la milicia ni he sido asesinada por ella. Jamás he amado tanto a mi país.

A veces, leyendo a los poetas revolucionarios, me digo que lo que me falta es una pasión. No existe nada por lo cual moriría. Ni mi patria, ni mis libros, ni mis padres. Todos necesitamos algo por lo cual morirnos. La vida se vuelve mucho más interesante en las pasiones que en las carencias. Vivimos en un estado constante de nula emocionalidad. Rechazamos la idea de interpretar con las emociones. Negamos que exista criterio en el actuar pasional. Por eso nos incendiamos en la brevedad de un poema y un símbolo nos desgarra y nos puede matar una guitarra². Pero de inmediato perdemos la chispa cuando termina la emoción del instante.

¿Por qué moriría?

No me importan muchas cosas, eso es una lástima. Lo que antes me importaba con fervor ahora mismo me da pena. Pienso que es cursi llorar por algo escrito, soltar una lágrima por una película. Pienso que es risible encontrar sosiego en una melodía; que es cursi deleitarme con las palabras de otro. Al tiempo, cito poemas mientras escribo y los recuerdo mientras me baño.

No creo haber llegado a esto por mi cuenta. Lo sé porque antes se me había presentado y lo había ignorado. Lo sé porque no me daba pena sentarme a llorar porque lo particular de una historia razonara con lo más genérico de mi vida.

Entonces podía escuchar sobre lo experimentado y compartir lo aprendido por medio de un suspiro. Y creo que Un suspiro de Liszt es de lo más bello que hay.

Ahora me cuesta trabajo la sola idea de mirar hacia adentro y comprenderme. Prefiero ignorar que estoy sintiendo una tristeza y una desilusión tremendas.

paulina gamboa tamayo autora escritora

Paulina Gamboa Tamayo
@paulina.gamboa99
Leer sus escritos

¹ Roque Dalton, “Taberna, y otros lugares”, en No pronuncies mi nombre. Poesía completa II, ed. Rafael Lara Martínez (San Salvador: Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI), 2008), 302.
² Recordando el poema “1964” de Jorge Luis Borges.

Una respuesta a “27 años”

  1. Te comprendo a veces nos falta algo que sea importantes por cual luchar y sentir esa emoción fuerte y despampanante, las emociones son de las cuales no sabemos manejar, a veces sentimos, a veces no. Me parece que cuando no sentimos nada, es por estar atrapado dentro de una rutina muy sofocante que no permite ser sensible, sino más bien opaca las emociones fuertes que deberías sentir a nuestra plena juventud. Amigo o amiga te recomendaría hacer algo espontaneo para desatar todo esa locura de emociones dentro ti que cambie, tu perspectiva de observar.

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Entradas relacionadas

A %d blogueros les gusta esto: