Que no me hables de lloviznas
si aún no has conocido mi parte más oscura;
esa parte a la que todos temen,
y que comienza al enfrentar frío y calor.
Que soy embudo que engulle tierra
y en ocasiones vida.
Nube de polvo y aire, invisible a los ojos cuando es de noche,
y que me vuelvo valiente cuando empiezo a crecer.
Que no me hables de quietud
si aún no conoces mi parte en calma,
que también la tengo;
ese ojo que nada ve,
pero que genera incertidumbre al no saber lo que viene después.
Que soy capaz de conectar la nada absoluta
con el enfado del viento;
y el enfado del viento, con minutos de revolución.
Mi
Revolución.

Irene Chiquero
@nenescritos
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