De día y de noche asombra.
Exige compostura
ante su juramento.
Si acaso la ves,
será en la sombra que se
alarga, lenta, al bajar el sol.
Luego la perderás de vista.
Luego la negrura al anochecer.
La promesa de retorno.
La incertidumbre de los barcos
y los puertos vacíos.
Pero ella siempre amanecerá
al día siguiente.

Celic Rosas
@celic.rosas
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