Ahí en el cielo es donde quiero estar
donde la tristeza y desesperanza
no tienen lugar.
Donde todo lo que sueñas se hace realidad,
donde todos somos uno
y no existe nada más.
Ahí en el cielo deseo morar
y en todo momento paz respirar,
perder conciencia de mis limitaciones
pues ni existen, son falsas proyecciones.
Nos hemos salido del Edén
pensando que un pecado
puede ser eternamente condenado.
Que pecado!
Creer que Dios nos ha castigado.
Dios no castiga y tampoco obliga
cada uno decide que hacer,
si vivir a su lado o perecer.
No es una amenaza,
es tan solo la verdad
lejos de Él
no existe bondad,
pues Él es amor y solo eso es real.
Estar en el cielo no es un privilegio de los muertos,
es en vida que uno debe disfrutar
de toda la riqueza que Dios nos quiere dar.
¿De que serviría saber que existe un cielo lejano
si en el presente vives triste y con desgano?
El cielo y el infierno están en tu mente
y a cada instante decides nuevamente.
Buenos pensamientos llenos de amor
te llevan al cielo donde estas libre de culpa y dolor.
Malos pensamientos, de miedo y rencor
te llevan al infierno, tenebroso rincón.
No retrases más tu retorno,
y decide de una vez regresar a la verdad
deja a un lado la culpa y el temor
agacha tu cabeza y haz una oración
pues es lo único que necesitas
para recibir Su perdón y bendición.
Por: Thais Aliss (Bolivia)
thaisalissblog.wordpress.com
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