Compás de espera, calma el viejo viento,
mar de tristes salinas, navegando
que van mis suspiros a sotavento;
fría noche que el viento va cortando.
Y la luna, fanal de mi tormento,
cruel camino me está señalando,
en tinieblas, cobijo del lamento,
furiosa galerna está resoplando.
Mi barco, blanco de sal, encallado
en los corales del tiempo, espera
al temporal postrero y malogrado,
que cubra mi vieja alma marinera,
y la hunda en el océano salado,
dulce hogar, mi amor y mi vida entera.



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