Desierto de ceniza en silueta
donde rompe el sol a la roca fría,
transición mira escueta
a su tiempo en secuencia
perenne y voz tardía,
olvido hace paciencia
lo que el viento engaña al firme sentido,
polvo de esfinge astuta,
figura que absoluta
vive en reloj dormido.
Son páramos de sombra al descubierto,
mármol fiero vencido
por años yace incierto,
hiedra medra en su piel
siendo derecho en vida ya robado,
oculto siendo infiel
al recuerdo que no se ha recordado.
Donde el sol acaricia fría roca
es luz que tanta oscuridad ha dado,
oscura y repentina
en la historia equivoca
tiempo fluye en ocaso
que oculta la memoria en la retina.
Ruinas, que de artífice son discretas
en clavos de Cristo su testimonio,
urge hallar el demonio
que en tanto olvido dejó abiertas grietas,
aliento fugitivo
soy y es vivir sin vaciar el vaso,
el tiempo gotea a su breve paso
vida que de tanto morir no vivo.




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