El cemento de la pared se agrieta
dejando fluir el silencio de la libertad.
Un grillo toca el violín
mientras que el cisne negro
se sube a una vieja silla de madera.
Nadie hace nada, sin embargo,
suena la música más alta y desafinada.
La pared de cemento cae,
con ella se detienen los latidos
y no queda
nadie.
Reblogueó esto en O LADO ESCURO DA LUA.
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Gracias, puedes leerme en este blog.
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Muy bueno
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Gracias, en este blog me puedes leer.
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