Eres presencia despreciada.
No eres alguien…
Apenas algo.
Eres presencia: alguien y algo.
Una ausencia buscada,
a veces evitada,
en ocasiones… marginada.
Te haces presente,
y se bifurca el camino:
La amargura de la hiel de un lado;
su peso asqueado desespera.
Cuanto más se evita,
más reciamente se impone.
Manotazos que luchan por ignorar
esa presencia de la ausencia,
Ese humo que se respira.
Del lado opuesto,
una posibilidad.
Se quiere la ausencia;
se abraza aquella niebla aislada.
Neblina clara, húmeda…
No humo, ni peso.
Ni desprecio, ni huida.
Crecen unas raíces,
dentro, debajo.
Muy dentro y muy debajo.
Eres la ausencia y presencia.
Puedes ser todo y nada.
Otorgas vida.
Me abres a tu intensidad,
me alimentas con tus raíces.
Solo.
Una presencia y dos caminos.
Una ausencia y dos decisiones:
Dejarse abatir…
Dejarse vivir… por dentro.



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