Tras el verso

A la palabra, arma del poeta

 

Acudes a mi llamada.

Siempre; nunca fallas.

Antes o después… Siempre.

Te vacías para llenarte de mí.

¿O me vacío para que me llenes?

Ahí estás… lejos, esperando;

y cerca, sugiriendo.

A veces te impacientas,

y te moldeas en mi boca,

en mi mente, en mis dedos.

Eres única… y repetida.

Infinitas como tú,

sin embargo, tú sola existes.

Simplemente eres,

aunque te ignoren.

Siempre eres,

aunque te apaguen.

Tú eres…

aunque te confundan.

Y ahí estás…

inspirando para que te mire

y te descubra.

Te reconozca… y hacerte mía.

Sí… porque te vacías.

¿O quizá soy yo?

Muda, hablas de lo inefable.

Sin forma, superas la imagen.

Única, te multiplicas…

para que pueda alcanzarte.

Libre y ligera esencia.

Me dejas que te posea,

solo para conocer que…

hasta que no me poseas  tú,

no te alcanzaré.

Tú… Infinita.

11

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Una respuesta a “Tras el verso”

  1. Reblogueó esto en y comentado:

    Esta vez… Ahondando en la palabra del poeta…

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