Nos quisimos tanto que,
no nos dimos cuenta,
del día que empezamos a perdernos.
Y a coger caminos diferentes.
Y a separar nuestras manos.
Y a dormir separados.
Y a dejarnos de besar.
Y a no podernos mirarnos a los ojos.
Y a dejar de charlar abiertamente.
Nos quisimos tanto,
que perdimos,
nuestras migas de pan,
en el regreso a casa:
simplemente.
Nos
.
.
.
Q
U
I
S
I
M
O
S



Replica a Deva Cancelar la respuesta