Aún sigo pensando en la cantidad de piedras en la espalda,
de palabras que vienen de incoherentes y sordos,
por no saber mirar bien un cuerpo.
Aún tengo guardadas las flechas que han sentido algunas personas
cuando otros han soltado palabras necias hacia figuras esbeltas,
que han sabido definir lo bonito que es ser humano
y que otros al ver, han tenido miopía y poca inteligencia.
Aún sigo viendo lágrimas caer y sentimientos guardados en el vacío
por miedo a decir, a no ser.
Y qué injusticia, cuando realmente todos somos la misma tierra
y siempre nos han enseñado a querernos, sin destruirnos.
Qué poco cariño a la vida,
que con una sola palabra conseguís hundir a la esperanza
y qué poco se dan cuenta de las balas que disparan por la boca
y luego, por culpa, la pólvora se les atasca en la garganta
por tanta guerra innecesaria.
Por eso,
mirad bien al cielo y pensad,
que una mente vale mil palabras y un cuerpo de cine se deteriora.
Quereros, que es lo importante.
Y dejad de romper al mundo,
que luego se apaga,
pierde la magia
y llora.
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Precioso alegato!!!
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La piel de gallina…
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