Tengo la esperanza en modo fugitiva
porque ya está cansada de seguir aquí
sin que nadie le robe el corazón.
Estoy condenada al amor perpetuo
y mi habitación parece una cárcel
en donde yo misma
me encargo de hacerme crimen con cada recuerdo.
Aquí,
los poemas son espinas
y cada verso,
una herida.
Y es que a ver quién es capaz de salir ileso
en medio de una guerra
provocada por ti mismo.
Y repito,
a ver quién tiene la valentía
de querer en tiempos de guerra
y no tener miedo
a salir amando.