Atardecer, se pone el sol
dejando mi pecho en sombras;
se impone el silencio, aterrador;
llega la noche de las horas
el Goliat en la cabeza;
sin David, sin hondas.
Correr; las piernas pesan.
Sin escondite seguro.
Llorar; los labios rezan.
Caída, herida; suelo duro,
frío, traicionero;
delante, solo un muro.
Soledad, hablando el miedo;
“huye, no puedes vencer”…
Instante de luz, aliento.
Esperanza, espada afilada;
armadura hecha de fe;
saltando el muro con alas:
Qué de bueno tu poema.
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Me alegro que te guste! Muchas gracias, por pasarte, leer y comentar! Un abrazo 🙂
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Muy bonito!
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Muchas gracias Carlos! Me alegra que te haya gustado 🙂 un abrazo!
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Otro para ti 😉
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