Ojalá me coma, sin punto y final,
-pensé-,
y, allí en tu cuerpo,
mi instinto animal se adelantó
y tus ojos crecieron
para exclamar compasión
mas lo siento mucho, amor mío
yo tengo hambre de ti.
Interrogo tus dudas
-que me coma o le beso-
y así fue la danza
de una leona ardiente
que se convirtió en
cristal frágil
cuando señalaste tu pecho
y pediste “besa aquí”.
Ay, sol de mis lunas,
¡si tú supieras que
se me derritieron los labios
y me convertí en fantasma!
Dulce miel, ahora soy blanca,
devuélvemelos,
que los necesita mi nieve
para rodar por tu garganta.
Saldemos la deuda que me impide dormir,
la de mi ventana con vistas
a primera línea de tus lunares,
que no son otra cosa
sino mis pasos
por tu piel
muy, muy despacio.
Blanca de silencio que dura dos años
y más exactamente,
tu mirada clavada en el suelo.
La misma operación cada vez que anhelabas
que me deshiciese de mi ropa
a ritmo de jazz
y yo, simplemente, lloraba.
Y tú no te percatabas,
gato pardo de mi alma,
de que siempre me viste desnuda,
pues siempre te regalé mis palabras.
No tuve los versos suficientes
para mirar fijamente al balancín de tus cejas
y sugerirte que me arañases
hasta que del calendario desapareciese abril,
así que fue natural
que al ver tu alma tatuada
mi instinto de gata perdiera la calma
y por vez número 730 te arañara.
muchísimas gracias desde el alma
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Preciosos versos.
Enhorabuena.
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muchísimas gracias
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👌🏼
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❤ gracias por comentar
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